hola de nuevo, amigas de la red
Me apetece tener una cita mensual con todas las que estáis detrás de estas letras. Tener una excusa para escribir sobre nuestras cosas o simplemente saludaros.
Llevo unas semanas pensando que debería retomar las newsletter a pesar de no tener muy claro qué temas abarcar. A lo mejor puedo volver al formato blog: contar cosas importantes sobre las últimas semanas, dejar por escrito pequeñas reflexiones que pienso en la ducha o recomendar cosas que he leído, visto o escuchado.
Un vlog pero otra vez un blog. Un blog con b. Volver un poco a lo de antes: sacar tiempo los domingos por la mañana, colarme en vuestras bandejas de entrada, recibir algún tipo de feedback, pensar que somos un grupo de amigas de internet en el año 2006 y que siempre estamos leyéndonos. Siempre atentas a cualquier notificación-aviso-alarma-comunicado-parte.
Alguna vez he echado de menos ese momento de sentarme frente a un ordenador de mesa, abrir el mail y escribir un correo a una amiga que estaba lejos. Conectarme durante las siguientes horas y los siguientes días -expectante- para comprobar si tenía respuesta. Esperar sin un móvil, esperar sin wifi, esperar como un aviso de Correos, como una carta en el buzón de casa.
Hace poco un amigo me pasó un TikTok donde se hablaba de las almas gemelas de la infancia pero de internet. Tu mejor amiga cibernética. La persona que siempre estaba presente en tu cabeza y detrás de la pantalla de tu ordenador. Esa época en la que tocabas un teclado y tus dedos escribían automáticamente todas las letras de su nombre. Es fuerte pensar que todas estuvimos ahí, pero pensábamos que era algo extraño, una rareza imposible de comprender, un lenguaje alejado del mundo real. Fue peculiar tener que explicarle a los adultos que teníamos una amiga que siempre nos recibía con emojis y que se sabía el nombre de toda nuestra familia y de todos los de la clase. En mi caso, mi amiga se llamaba Claudia (y se sigue llamando) y por suerte sigo en contacto con ella en la medida de lo posible: pocas veces la vida adulta nos permite mantener una conversación con actualizaciones personales.
Con el tiempo me he dado cuenta que ahí, en ese mundo intangible que no podías tocar, todo pasaba. Todo podía suceder. La vida era algo que no existía pero a la vez existía con más fuerza. No tenías la sensación de que nada se te escapara de las manos porque realmente nunca ocurría nada. Ni siquiera podías atrapar las historias que te contaba tu amiga, ni ponerles una voz que no fuera la tuya, ni imaginarte un escenario que no fuera el que veías cada día. Yo llegaba allí como quien llegaba a una sala de espera, me sentaba y todo empezaba. Era un espacio, un hogar, un cubículo minúsculo donde podías ser tú. Allí nunca hablabas, solo escribías-escribías-escribías y buscabas palabras para definir tus pensamientos y siempre había un remitente y siempre había una película o un nuevo disco con letras en inglés o una nueva frase de una nueva canción que te definía. De alguna manera, los primeros años de internet nos hicieron pertenecer a algo que todavía no era lo suficientemente grande como para detestarlo.
En fin. Espero que todas las que estáis detrás de esta carta y hayáis nacido en la década de los noventa os haya venido ese nombre a la cabeza. Esa amiga que consiguió que nunca os sintierais solas durante aquellos pésimos años. Seguro que casi todas teníais una Claudia en vuestra vida y seguro que casi todas perdíais la cabeza por contarle vuestro día, la nota de un examen, la última canción descubierta en myspace o pasarle vuestra última entrada de fotolog. Quizás a esto podemos llamarlo más flog que blog. Ya me diréis.
Nos leemos pronto, amigas de la red.
Una película
Frantz (2016): mi absoluta recomendación es que una noche en la que podáis permitiros sentir cosas, vayáis a Filmin y disfrutéis de este drama de época en blanco y negro. Sé que decir que algo es una obra de arte es como no decir nada, pero realmente es una obra de arte.
Una canción
Dos Gardenias, de Cora Yako y El Buen Hijo: el tipo de pop que necesito escuchar en casa, en el trabajo, paseando a Feria, yendo al supermercado o compartir en Instagram.
Otras cosas
Si tenéis unos minutos y os interesa la moda, disfrutad del desfile S/S 2024 de Maison Margiela x John Galliano.
Sería genial poder leerte todos los meses por aquí, los temas que has propuesto me han gustado mucho. En mi caso, una de mis mejores amigas de ahora, aunque la conocí en persona por primera vez, nos escribimos muchos emails a modo de cartas. Gracias por traerme ese recuerdo que tenía guardado en algún sitio de la memoria.