Lo que yo entiendo-lo que yo siento-lo que me sucede en este preciso momento es difícil de explicar. Me gustaría que lo comprendieras tal y como yo lo noto. El momento de escribir sabiendo que hay un destinatario a veces lo complica todo porque me ronda siempre la misma pregunta: ¿percibirá lo que yo percibo? ¿Llegarán bien mis sensaciones? ¿Lo verá como lo veo yo? La respuesta seguramente sea no.
En los últimos meses he pensado mucho en esto, no en relación a lo que escribo, más bien en relación a las cosas que considero bellas. ¿Cómo es posible que haya cosas que mejoren mis días y que sean indiferentes para ti? Llevo toda la vida persiguiendo cosas bonitas: portadas de libros, carteles de cine, la ropa que utilizo, comidas coloridas. Siento que le he dado demasiada importancia a lo superficial, cayendo en la idea de que me importan más las formas que los contenidos. Cuando era una niña para mí era indispensable elegir prendas bonitas y no llevarlas me generaba enfado o intranquilidad. Estos pensamientos siempre me han encaminado a la culpa, creyendo que mi mirada era materialista, vacía, dejándome en una posición de frivolidad frente a las-cosas-realmente-importantes.
Empiezo a creer que estaba equivocada: quizás la vida en ocasiones es tan insoportable que la única vía de escape son las cosas bellas. Pasear por el parque y que mi galga trote como un caballo, ver este videoclip varias veces seguidas, encontrarme con un pájaro que no había visto nunca, releer las frases subrayadas de mi libro favorito, sacar el móvil y hacerle una foto al campo amarillo a las ocho de la tarde un 15 de agosto. ¿Dónde acaba mi obsesión por capturar esos momentos? ¿Son esas cosas las que me empujan a levantarme cada mañana? A lo mejor la belleza es un refugio (o un momento), un espacio fresco donde me puedo quedar divagando mientras siento una calma que dura unos segundos.
Hoy te introduzco Apuntes de cosas bellas, un diario de verano donde escribiré sobre aquellas sensaciones que me llenan y me hacen creer que el mundo en ocasiones puede ser más habitable y más seguro. Un espacio algo cursi y algo intenso, donde voy a intentar no limitarme, independientemente de lo que puedas pensar sobre ello. A veces será un sombrero colorido lo que me removerá por dentro, otras veces será el color de la luz, otras veces será una foto random en Instagram.
Espero ser constante (aunque aquí suelo serlo) y encontrar cada semana cosas que fotografiar, grabar o sobre las que escribir. Espero también que me leas y me cuentes qué cosas has visto tú).
La belleza da luz a la oscuridad; me da esperanza e imprime una dirección a mis afanes. Pero en la belleza no es todo es luminoso. La belleza también es oscura. La belleza es fea.
La terrible historia de las cosas bellas, Katy Kelleher.
La llamada de Leila Guerriero / Todavía estás a tiempo de llevarte este libro de vacaciones y pasar horas leyéndolo sin parar. Para mí es la combinación perfecta entre una narrativa insuperable y una historia que engancha.
Petite Maman de Céline Schiamma / Es la directora de Retrato de una mujer en llamas, pero esta película es todavía mejor.
Only Dust Remains de Backxwash / Un disco brillante de emo y hip-hop. Solo lo recomiendo si te gusta este tipo de música porque es realmente intenso.
Soluciones: cómo escapar del cambio climático de Carne Cruda / Un episodio sobre diferentes respuestas ante la locura del cambio climático. Si te espera algún viaje largo próximamente… es tu momento.
Qué ternura tan grade siempre que te leo, Teresa 💫
Petite Maman 👯♀️❤️